Salida de fin de semana a Panticosa y Anayet

Este fin de semana, al igual que en los dos años anteriores, pusimos el broche final al curso 2024-2025 con una escapada a los Pirineos. Nuestro gran objetivo para esta ocasión era coronar nuestro primer 3000, el imponente Garmo Negro, desde el Balneario de Panticosa. Aunque finalmente no pudo ser debido a la cantidad de nieve que había a estas alturas del año, esta circunstancia no desmereció la salida de fin de curso y disfrutamos de un fin de semana fantástico.

La actividad dio comienzo el viernes por la tarde, cuando quedamos en Bilbao para dirigirnos a nuestro lugar de descanso en Baños de Panticosa: el refugio Casa de Piedra. Tras una parada para cenar en Yesa, llegamos a nuestro destino alrededor de las 10 de la noche. Hora prudencial para preparar las mochilas y acostarnos de inmediato para la ruta del día siguiente.

Día 1 – Ibon Azul Superior desde Baños de Panticosa

A la mañana siguiente, el sábado, nos levantamos a las 6 de la mañana para poder emprender el camino una hora más tarde. Iniciaríamos el recorrido justo detrás del refugio Casa de Piedra, siguiendo las marcas del GR11 que nos llevarían como punto intermedio al refugio de Bachimaña. Durante este tramo, subimos de manera paralela a uno de los torrentes que alimentan el Ibón de los baños.

El refugio de Bachimaña resultó ser un lugar propicio para tomar un merecido descanso y recargar agua. Tras un respiro, continuamos nuestra caminata hacia los Ibones Azules. El paisaje era, sin duda, espectacular y la nieve aún muy abundante. En este recorrido, tuvimos que sortear arroyos, descalzándonos en algunas ocasiones y dando algún salto en otras, con el agua helada. Tras poner a prueba nuestro equilibrio, llegamos al ibón superior, desde donde pudimos contemplar el Pico de los Infiernos y el cuello del Infierno, que debía ser nuestro objetivo. Sin embargo, la gran cantidad de nieve que cubría completamente el collado nos obligó a regresar. No obstante, no nos fuimos sin antes inmortalizar el momento con una foto de grupo con los ibones de fondo, un paisaje que podéis ver en nuestra galería de Flickr.

Retomando el camino de vuelta, volvimos a hacer equilibrios para saltar los arroyos, y no pocas personas regresaron con las botas mojadas. Tras una pequeña parada para el hamaiketako, seguimos de nuevo hasta el refugio de Bachimaña. En este punto, y con ganas de quitarnos la espinita por no haber llegado a nuestro destino, optamos por volver por un camino diferente.

Recargamos agua en el refugio y comenzamos un fuerte descenso que nos llevó por otro de los ibones cercanos al balneario. Con las fuerzas justas y no poca hambre, llegamos finalmente al refugio Casa de Piedra, donde pudimos descansar, charlar y pasar una tarde muy agradable, reponiendo fuerzas para lo que nos quedaba al día siguiente.

Día 2 – Vértice de Anayet desde Corral de las Mulas

El domingo tocó volver a madrugar, pero lo hicimos con gusto y con la sensación de haber descansado mucho mejor. A las 6 de la mañana ya estábamos en pie y, cerca de las 7, nos aproximábamos en los coches a nuestro siguiente punto de partida: el aparcamiento Corral de las Mulas. Después de ponernos las botas, iniciamos el camino por la carretera que sube a la estación de esquí de Anayet, para luego dejarla a la izquierda y recorrer el barranco de Culivillas, con una subida mucho más descansada. Esta mañana, sin embargo, teníamos una amenaza que se presentaba cada pocos minutos: el pronóstico daba lluvias y fuertes tormentas en la zona a media mañana, lo cual se hacía notar a medida que subíamos entre chaparrones y algunos truenos.

Poco a poco, fuimos llegando a los Ibones de Anayet. En este punto ya pudimos recoger los chubasqueros e hicimos un pequeño descanso para disfrutar de la panorámica que iba desde el Midi d’Ossau hasta el propio Anayet y el Vértice, nuestro objetivo.

Comenzamos a cruzar el valle y a aproximarnos al collado de Anayet. Tras un rato de avance suave, nos tocó la subida al Vértice de Anayet, la cual, pese a ser bastante corta, tenía un gran desnivel. Solo nos quedaba la subida final, y el tiempo parecía darnos un respiro. Poco a poco, fuimos cresteando hasta llegar al Vértice de Anayet, el objetivo de esta jornada, que, aunque menos prominente que el propio Anayet, su altura no es mucho menor. Allí pudimos disfrutar de unos minutos de descanso e hicimos la foto de grupo en esta cima.

Al poco tiempo, comenzamos nuestro descenso ya con el tiempo completamente despejado e incluso con cierto calor, por lo que los chubasqueros y las térmicas fueron regresando a su lugar en la mochila. En nuestro descenso, volvimos a disfrutar del paisaje panorámico que nos ofrecían los Ibones de Anayet. Esta ruta de regreso indicaba que el fin de semana llegaba poco a poco a su fin, por lo que las conversaciones comenzaron a llenarse de recuerdos de la semana y de planes futuros. Pocas horas después, llegamos a los coches y desde allí decidimos hacer nuestro almuerzo final en un merendero junto al embalse de Búbal.

Después del descanso correspondiente y habiéndonos despedido tras este maravilloso fin de semana, tomamos el camino de regreso a Bilbao.

En este enlace os dejamos algunas de las fotos de este gran fin de semana. ¡Esperamos veros el curso que viene en nuestras próximas salidas! Podéis visitar el calendario para estar informados.

Si queréis conocer algo más del club y las salidas poneos en contacto con nosotros. Podéis escribirnos al correo [email protected] o llamarnos al 693 772 909. También aprovechamos para invitar a todas las personas interesadas a que se hagan socias del club y, si lo desean, que se federen.

 

Comparte esta noticia:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *